martes, 14 de junio de 2011

Nadie pidió ayuda...(Capítulo 3)


Solo tenía preguntas, y no encontraba ninguna respuesta, estaba esperando, tenía la visión de verme en el mismo curso para el año que venía, solo que rodeada de gente aun más más.. ¿Infantil?.
No podía permitirlo, pero mi idea no era sacar el curso, mi idea era vengarme.
Cada vez me encontraba más y más notas, pero ¿De quien eran?, me preguntaba, en todas ponía lo mismo, pero no le sacaba ningún sentido en concreto, lo leí tantas veces que aún lo recuerdo.

Pasa y pasan los segundos de tu tiempo, pero... ¿Cuánto te queda?
Exactamente nadie lo sabe ¿O no es así?
¿Que deseas hacer antes de que se te acabe?
Por que... ¿Quien eres?
Hazte esa pregunta a ti misma, y deja de pensar quien puedo ser yo.

Vale, ni idea de que era eso.. pero no hice caso ¿Quien era yo?, una pregunta más para mi gran repertorio, tal vez esa era la más importante, pero quien sabe..¿Cual era el significado exacto de aquella carta?¿Y por que me lo mandaba a mi?, páginas y páginas de reflexiones sin conclusión alguna, en clase de matemáticas pensaba que podía ser todo aquello, cuando el director irrumpió en la clase, recuerdo que en ese mismo momento pensé:
-Sea lo que sea, estoy segura de que yo no he sido
Pero tenía mejores noticias, por así decirlo, entro y dijo:
-Bueno, esta es la clase de 2ºC como bien ya sabrás, sientate allí, al fondo, al lado de aquella chica(Yo). Bueno chicos este es vuestro nuevo compañero, ha estado unos días por aquí viendo el instituto y ha escogido vuestra clase, espero que os llevéis bien con el, ya que queda muy poco para finalizar el curso.
El director, esa persona con apariencia agradable y por lo visto menos oportuno que nadie, en fin ese chico, pelo negro, metro setenta, raya del ojo pinta a juego con sus uñas y ese flequillo negro que le cubría un ojo., no parecía una gran molestia al contrario que el resto de las personas que se encontraban en esa sala.
Se sentó a mi lado y no dijo nada, pero se pudo oír el comentario de el rey de los payasos
- Raros, dios los cría y el director los junta
A esto le seguí un coro de risas, yo no le di importancia, y parece que el tampoco, pero ese comentario de Martín el payaso de la clase, fue el ultimo que oí, ya que esa noche sufrió un accidente, cuando pasaba por el rió, o eso decían, están investigando, ya que tenia pegada a su chaqueta una cruz de cinta aislante roja, el saber eso, me produjo una sensación desagradable y terrorífica, al abrir mi mochila encontré otra carta, pero esta era diferente.

Ahora que has visto lo que puedo hacer, porque lo que he hecho es lo que querías ¿Verdad?,
pero me he adelantado, lo sé, es molesto, pero hay muchos más permiteme preguntarte ¿Cuándo empezaras? Yo puedo ayudarte, solo tienes que confiar en mi.

Pero esta vez la carta venía acompañada de una cajita de cartón en la que al abrir me encontre con un rollo de cinta aislante, pero le faltaba un poco de cinta, no hace falta aclarar que era roja, y creo que ya intuís en que se pudo emplear la cinta que faltaba.
Esa sensación terrorífica desapareció de pronto, ya había uno menos pensé, y no pude evitar sonreír., pero enseguida pensé que si alguien veía o encontraba ese rollo de cinta aislante, tendría problemas, así que decidí dejarlo en la mochila.

Al día siguiente llegue unos minutos tarde a clase pero al entrar le vi a el, allí estaba sentado ¿A quien se le ocurrió lo de juntar las mesas de dos en dos?, bueno saque las cosas y el me miró, faltaba la mayoría de la clase, y los siete que estaban parecían afectados por la muerte de su compañero, los profesores tampoco parecían tener un buen estado de ánimo, pero me daba igual, el simple hecho de ver que había uno de esos desechos humanos menos era gratificante.
A la hora del recreo volví a encontrar otra carta, pero esta vez igual a la ultima que recibí.
Algo fallaba, era un día raro ¿Las cosas empezaban a ir bien?, lo dudaba, oí unos golpes, llamaban a la puerta, a la puerta de unos baños, y nadie pasaba, a si que deje la mochila y guarde las cartas en mi bolsillo y me dirigí hacia la puerta, al abrirla , estaba el, el chico nuevo de mi clase, que solo dijo:
-¿Puedo pasar?
Yo no conteste, solo abrí la puerta y me eche hacia un lado sosteniendola, seguido a esto me senté en el suelo entre las dos cristaleras, el se sentó a mi lado y saco un papel de su bolsillo y preguntó:
-¿Le mataste tu?
Al entregarme el papel pude ver a simple vista que era una de mis reflexiones y su conclusión, hablaba de porque todos aquellos indeseables no merecían el don de la vida, yo respondí un no, seco y frío, a continuación saque las dos cartas distintas del bolsillo y se las entregué junto a la cinta aislante, no sé porque lo hice, pero había algo en el que me inspiraba confianza, mientras el leía atentamente yo le observaba para saber cual era su reacción, cuando asimiló los hechos me miró fijamente con sus ojos azules, puso su mano en mi rodilla y me besó.
El guardo las cartas con la cinta en mi mochila, se la colgó del hombro y me ayudo a levantarme, al salir del baño me agarró por la cintura y nos dirigimos hacia clase.
No hacían falta palabras, los dos nos entendíamos sin hablar, os diría que me sorpredió aquel beso, pero os mentiría, ya había notado algo en el, pero nunca pensé que tubiéramos los mismos ideales.

1 comentario:

  1. Pues yo pienso que la vida es maravillosa y hay que saber disfrutar las cosas buenas que nos ofrece, peor hay que hacer esfuerzos para ser alguien, es asi como esta montado.

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